Desde que me dedico a la arteterapia he trabajado con todos los grupos de edad; la razón es que no trabajo “para”, niños, o adolescentes o adultos, sino con personas que vienen con su singularidad. Trabajo con la persona en una propuesta de escuchar su problemática vital.
NIÑOS
En mis años de experiencia, he visto que, en los niños, el proceso en arteterapia entra a formar parte de su juego simbólico, a través de los materiales plásticos. Pero la seguridad que les proporciona el espacio arteterapéutico hace que, en esas representaciones, puedan nombrar de forma indirecta sus inquietudes, impaciencias, que van apareciendo progresivamente a través del dibujo, el barro y otros materiales. Así van elaborando sus miedos para poder ser transformados en ilusión, con escucha, cobijo y confianza. Se abordan distintos problemas, como fracaso escolar, dificultades de relación, incontinencia, agresividad, y otros. Desde los tres años, podemos empezar a hacer un trabajo en sesión. Y cuanto antes se abordan las dificultades que el niño presenta, más y mejor se avanza.
ADOLESCENTES
La adolescencia es una de las más frágiles etapas de la vida, pero es también, la más rica en vivencias y experiencias que determinaran mucho, como se estructurará, nuestra personalidad de adultos. También es una edad de un enorme potencial e inteligencia. Necesitan mucho del grupo y la aprobación. Es en ocasiones una etapa muy dura de la vida, cuando los jóvenes, se sienten en el normal proceso de separación de sus progenitores. Si ha habido dificultades en la relación con los padres, duelos, separaciones, baja autoestima, dificultades de relación con compañeros, dificultades de aceptación de su cuerpo, confusión con su identidad; algo de esto, puede acabar convirtiéndose, en situaciones difíciles de superar, y pueden derivar en fracaso escolar, conductas autolesivas, drogadicción, anorexias/bulimia, incluso suicidio. A veces su relación con los adultos es dificultosa. Desde la propuesta en arteterapia, se ofrece una escucha respetuosa y tranquila de sus miedos y deseos, para que puedan nombrar algo de todo ese mundo que está por construir. Los materiales contribuyen a que todo esto pueda tomar una forma, que habla de ellos. En ese dialogo con la obra, y el vínculo con la figura adulta de la terapeuta, ellos mismos van encontrando sus respuestas.
ADULTOS
Aunque seamos personas adultas, no significa, que lo sepamos todo de nosotras. A veces sentimos tristeza, malestar, sin poder identificar bien lo que nos ocurre. Otras veces lo sabemos, pero no sabemos cómo abordar los cambios. En ocasiones hemos sufrido pérdidas o traumas y no sabemos cómo elaborar los duelos y el sufrimiento. Las personas adultas que deciden iniciar un proceso terapéutico a través de la arteterapia ponen a trabajar en la sesión sus pérdidas, sus deseos, sus miedos, sus anhelos. Vamos construyendo algo nuevo en nosotras, en nosotros… a través del lenguaje simbólico al que nos conduce el proceso creativo; conecta con nuestro inconsciente y nos permite expresar muchos sentimientos alojados en nuestro interior.
Realizados en su mayoría por personas que “no saben dibujar ni pintar”.